martes, 21 de febrero de 2017

La verdad de los años 607-537 a.e.c. y 1914 (PROLOGO 1ª parte)


Transcripción del libro 'La verdad de los años 607-537 a.e.c. y 1914',  que será considerado en varias partes. El libro agotó su segunda edición en tres semanas desde que fue presentado.



'La verdad de los años 607-537 a.e.c. y 1914'

(PROLOGO, primera parte)

 

    Va a resultar sumamente difícil que el testigo de Jehová, a quien se le admira, aprecia y respeta, se detenga a leer esta serie de artículos que fueron publicados en miles de periódicos de habla hispana, tanto en América como en Europa. De aceptar su lectura, el Testigo quedaría herido en su amor propio y eso es algo que no puede soportar porque piensa que solamente él tiene la Verdad. Le da pánico enfrentarse a la realidad que a propósito se le esconde. Piensa que su Cuerpo Gobernante ya lo ha investigado todo y que por tanto no hay necesidad de leer nada que no provenga de ese Cuerpo central de supremos pastores, y más cuando el mismo asegura que tales lecturas ajenas a la Organización de los Testigos son antibíblicas.

    Desafortunadamente el Testigo de a pie desconoce la verdadera historia de su Organización, salvo aquella parte que se considera positiva y conviene a los dirigentes. Aquí se cumple el sabio dicho que reza: ‘Quien no conoce su historia, está condenado a repetirla’. Pero el Testigo, no precisamente por su culpa, carece de sentido crítico y hasta cree que es pecado utilizar el libre intelecto para analizar y sopesar los argumentos de la parte contraria. Siempre se encuentra supeditado a lo que diga el Cuerpo Gobernante, a quien debe obedecer a ciegas pensando que el mismo Jesucristo le escogió como su vocero oficial.

    Estos artículos no son más que un resumen, a modo de aperitivo inicial, de obras tan completas, convincentes y únicas en su género como, entre otras: ‘Los tiempos de los gentiles reconsiderados’, de Carl Olof Jonsson; ‘Crisis de conciencia’ y ‘A la búsqueda de la libertad cristiana’, de Raymond Franz (ex miembro del Cuerpo Gobernante); y ‘Cautivos de un concepto’, de Don Cameron.

    La primera de las obras mencionadas está considerada por los historiadores, los arqueólogos y los astrónomos como una de las mejores que sobre la Historia del imperio neobabilonio, entre los reyes Nabopolasar y Nabonido, se hayan escrito jamás. En ella se demuestra con multitud de pruebas que Nabucodonosor subió al trono de Babilonia en el año 605 antes de la era cristiana (a.e.c.) y no en el 625 de esa misma era, como afirman los testigos de Jehová, que son los únicos en el mundo que lo dicen porque así lo hace creer su Cuerpo Gobernante bajo pena de excomunión de quien no lo acepte.

    La fecha del 605 a.e.c. echa por tierra la doctrina de que Jesucristo inició su reinado en el cielo en 1914, y como esta última fecha es uno de los pilares de sus doctrinas, los dirigentes de la Organización de los Testigos se obligan a mantener la fecha del 625 a.e.c., aun sabiendo que no están en lo cierto y que llevan la contraria a los historiadores, que son los que en definitiva dan las fechas, como, entre otras muchas, la del 539 a.e.c. para la caída de Babilonia, fecha que sí aceptan los testigos de Jehová, aunque no la del 605 a.e.c. que lleva inexorablemente a la del 539 a.e.c., ya que desde el inicio del reinado de Nabucodonosor hasta la caída de Babilonia en tiempos de Nabonido, transcurrieron exactamente 66 años y no 86, como la jerarquía jehovista se obliga a defender para que le cuadren los supuestos 70 años de destierro de los judaítas tras la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor, 70 años que constituyen uno de los grandes errores que el adventista Barbour le pasó a Russell y éste a sus Estudiantes de la Biblia y a los testigos de Jehová.

    El fundador de los Estudiantes Internacionales de la Biblia, Charles Taze Russell, predicaba que 1914 era la fecha del Armagedón y de la segunda venida de Cristo, hecho que a los testigos de Jehová les oculta su Organización y en su lugar pregona que en tal año lo que ocurrió fue el principio del tiempo del fin y la entronización de Cristo en su reino, aunque tal entronización se predicaba que había acontecido en 1874, mientras que 1914 era la fecha del arrasamiento de los reinos del mundo en la batalla de Armagedón, tal como está escrito en la literatura jehovista de aquel tiempo.

    El Armagedón no llegó ni Cristo vino por segunda vez en 1914, como anunciaban aquellos Estudiantes. De ahí que la fecha de 1914 quedara descolgada ya en aquel tiempo y además haya quedado descolgada hoy para muchos Testigos que ni se atreven a preguntar a la superioridad qué fue exactamente lo que ocurrió en esa fecha y por qué el fin no vino dentro del tiempo de la generación que vio los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial, habiéndose ahora cambiado el concepto de generación a dos grupos de ungidos, el primero de los cuales traslapa al segundo, lo que en su fuero interno muchos testigos de Jehová no aceptan por carecer de lógica tal argumentación que ha sido impuesta a la fuerza y que mañana puede cambiar.

    Esos Testigos callan y continúan en las filas, más que nada por la cuestión social y familiar. La sola puesta en duda de esta nueva creencia sobre la generación es motivo más que suficiente para que la persona implicada sea expulsada de la congregación, con el consiguiente ostracismo de amigos y familiares, ello a pesar de que el Cuerpo Gobernante admite que puede equivocarse en materia doctrinal.

    Al menos ocho millones de testigos de Jehová mantienen en buena parte el imperio económico de la Watch Tower y, si el Cuerpo Gobernante admite que Nabucodonosor ascendió en el 605 a.C., corre el riesgo de quedarse sin feligreses, debido a que se les descuelga la fecha de 1914. Ya ocurrió en tiempos de Rutherford, en que más del 70% de los Estudiantes de la Biblia abandonó el movimiento religioso cuando el presidente de la Watch Tower anunció en 1927, con casi una década de retraso, que Jesucristo había inspeccionado a todos los Estudiantes de la Biblia (ya que todos se consideraban ungidos y parte del Esclavo Fiel y Discreto) en 1918 y que en 1919 los había nombrado sobre sus bienes terrestres. Esto ha sido trasladado al futuro y la fecha de 1918 suprimida por no ser bíblica, aunque la fecha de 1919 es consecuencia directa de la de 1919, año éste que el Cuerpo Gobernante estima hoy como del nombramiento de la jerarquía de la Watch Tower como el Esclavo Fiel y Discreto, suprimiéndose el entendimiento de que tal Esclavo venía operando desde el Pentecostés del año 33 de nuestra era.
(Continúa en la 2ª parte)
 
 

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