domingo, 5 de marzo de 2017

La verdad de los años 607-537 a.e.c. y 1914 (CAPITULO VIII)


 

VIII

 

    La fecha de 1914, establecida como el año de la segunda venida de Cristo por el escrutador bíblico Edward B. Elliot en su obra ‘Horas con el Apocalipsis’, publicada en 1844, sale de añadir 2.520 años a la fecha del 607 a.e.c., fecha que a su vez sale de retrotraer 70 años al 537 a.e.c., según el Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, aunque fue al revés: primero se estableció el 607 y después el 537 a.e.c. Las fechas 607 y 537 a.e.c. fueron instauradas en 1943 por Fred Franz, vicepresidente y teólogo único de la Sociedad Watch Tower, y son el resultado de aplicar un año al 606 y al 536 a.e.c., respectivamente, a fin de cuadrar los 2.520 años que se entienden como la duración de los tiempos de los gentiles, pero que en otro tiempo, antes de que el adventista Barbour equivocara los términos, eran únicamente los siete tiempos del profeta Daniel. Para Barbour los siete tiempos de Daniel eran lo mismo que los tiempos de los gentiles, los cuales, según el evangelio, dan comienzo después de la destrucción de Jerusalén por los romanos en el año 70 de nuestra era y no se sabe cuánto duran.

    La fecha del 606 a.e.c., independientemente de la que en un principio habían calculado los historiadores para la toma de la ciudad de Harrán e inicio de los 70 años del nuevo imperio babilonio, fecha que luego corrigieron al 609 a.e.c., sale de añadir los religiosos 19 años al 587 a.e.c., fecha histórica y real de la destrucción de Jerusalén por Nabucodonosor.

    Esos 19 años proceden del error de confundir el año 19 de Nabucodonosor con 19 años transcurridos desde su inicio de reinado. Jeremías 52:12 dice que Jerusalén fue destruída en el año 19 de Nabucodonosor; pero no es lo mismo el año 19 que 19 años. El año 19 significa que pasaron 18 años desde que Nabucodonosor empezó a reinar. Por tanto, si los religiosos hubieran sumado 18 años al 587 a.e.c., hubieran llegado al 605 a.e.c. como año correcto del ascenso de Nabucodonosor, que es lo que la Historia, la Arqueología y la Astronomía demuestran hoy fehacientemente.

    Russell aceptó de Barbour fechas y doctrinas sin averiguar si eran correctas o no, y se dio prisa en pregonarlas a diestro y siniestro sin siquiera haberlas sopesado. Después se descubriría que tanto el 606 como el 536 a.e.c. eran fechas falsas. Pero, dado que 1914 se fundamentaba en la fecha incorrecta del 606 a.e.c., 1914 era y es, por tanto, año incorrecto, como incorrecto es el año 607 a.e.c. al estar fundamentado en la falsa fecha del 606 a.e.c. La lógica nos dice que todo dato basado en otro dato falso o incorrecto, también es incorrecto o falso. Y toda fecha basada en otra fecha incorrecta, también es incorrecta.

    Los predecesores del adventista Barbour explicaban que los 70 años de servidumbre de la nación de Judá a Babilonia incluían los tres grandes destierros de los judaítas; a saber, el del año 7/8 de Nabucodonosor, el del año 18/19 y el del año 23/24. Pero Barbour no entendió el concepto de servidumbre y para él servidumbre y destierro eran la misma cosa. Por tanto dictaminó que el año 606 a.e.c. no era el de ascenso de Nabucodonosor, como se pregonaba, sino su año 18, es decir, el año en que destruyó Jerusalén. De ahí que Barbour enseñara que Jerusalén había sido destruída en el año 606 a.e.c. y no en el 587 a.e.c., fecha esta última demostrada por los historiadores. Barbour, pues, en contra de los científicos, adelantó 19 años la subida al trono de Nabucodonosor y la colocó en el año 624 a.e.c., cuando estaba demostrado que tal ascenso tuvo lugar en el año 605 a.e.c.

    El profeta Jeremías escribe (Jeremías 27:11) que al rey de Babilonia se le servía sin necesidad de salir de la propia tierra de cada cual, lo que significaba que servir al rey de Babilonia no implicaba el destierro. Los judaítas fueron castigados con el destierro porque no sirvieron al rey de Babilonia. Si le hubieran servido acogiéndose a sus leyes y pagando los tributos, no hubieran sido desterrados. Hasta el año 7/8 no se llevó Nabucodonosor al destierro a la primera tanda de judaítas, que fueron 3.023 personas, según Jeremías. Aún regresó en su año 18/19, cuando destruyó Jerusalén, y se llevó a 832 personas. Y aún se llevó a otras 745 en el año 23/24 de su reinado. Si los habitantes de Jerusalén hubieran servido al rey de Babilonia desde el primer momento, Nabucodonosor no hubiera tenido necesidad de llevárselos al destierro ni de destruir la ciudad y el Templo. El destierro fue un castigo impuesto por el rey de Babilonia a la nación de Judá, debido a que no le estaban sirviendo. 

    Barbour creyó deducir de la Biblia que los judaítas del tiempo en que Nabucodonosor destruyó Jerusalén habían estado desterrados en Babilonia durante 70 años, que es lo que muchos judíos y doctores de la Iglesia Católica creían erróneamente en otro tiempo. Pero la Biblia no dice que los judaítas estuvieran desterrados 70 años a raíz del tiempo de la destrucción de Jerusalén, en el año 18/19 del reinado de Nabucodonosor.

    En un escrito popular del historiador Josefo leemos que los hierosolimitanos pasaron 70 años en Babilonia tras ser destruída la ciudad. Lo más probable es que Josefo fuera interpolado por algún escriba que creía lo mismo. Sin embargo Josefo, en su obra ‘Contra Apión’, menos conocida y que fue la última que escribió, menciona que desde la destrucción del Templo de Jerusalén hasta la colocación de sus cimientos en el año segundo de Ciro habían transcurrido 50 años, lo cual está de acuerdo con la historia comprobada.  

    Un texto de la Biblia que se ha prestado a interpretación errónea es el que se encuentra en Jeremías 29:10. La Traducción del Nuevo Mundo de los testigos de Jehová vierte textualmente: ‘Conforme se cumplan setenta años en Babilonia, yo dirigiré mi atención a ustedes’. Así es como lo vertían más o menos las demás biblias en otros tiempos. Sin embargo el texto ha sido corregido, desde principios del siglo XX, en la mayoría de las versiones y traducciones bíblicas, de acuerdo con los manuscritos hebreos. Esta corrección se explica en detalle más adelante.   

    Al testigo de Jehová se le ha aleccionado a que entienda el texto de Jeremías 29:10 de la siguiente manera: ‘Conforme ustedes cumplan setenta años de destierro en Babilonia, yo dirigiré mi atención a ustedes’. Sin embargo, la realidad es que el texto no dice eso. No aparece la palabra destierro por parte alguna. El Cuerpo Gobernante aduce que, efectivamente, el texto no dice eso, pero se sobreentiende que se refiere al destierro, pues de otra manera se vendría abajo el argumento de que los judaítas estuvieron setenta años desterrados en Babilonia después de que Nabucodonosor destruyera Jerusalén. Los 70 años de destierro son precisamente la base de todas las doctrinas de los testigos de Jehová. Sin esos 70 años, la entera estructura jehovista se derrumba. 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario