martes, 16 de mayo de 2017

Mi testimonio (4)


 
Anexo del libro 'La verdad de los años 607-537 a.e.c. y 1914'
 
Mi testimonio (4)

    Si en el año cuarto de Darío, que fue el 517 a.e.c., los judíos llevaban ayunando 70 años en el mes quinto por la destrucción del templo de Jerusalén, ¿en qué año fue destruido el templo? Al 517 hemos de añadir esos 70 años y llegamos al 587 a.e.c. como año de la destrucción del templo y la ciudad de Jerusalén. Este asunto se lo sometí a un importante señor de Betel con quien tenía cierta amistad. Me dijo que, efectivamente, el texto bíblico de Zacarías señala claramente que el templo fue destruido en el 587 a.e.c., según los datos históricos que poseemos; pero ‘nosotros hemos de aceptar ante todo lo que diga el esclavo; y si la Biblia dice blanco, pero el esclavo dice negro, hemos de aceptar lo que diga el esclavo, que para eso fue nombrado por Jesucristo sobre sus bienes y uno de esos bienes es la propia Biblia’.

    Y añadió: ‘La explicación del esclavo es que los judíos estaban pensando lo que les ocurrió 20 años atrás, en el 537 a.e.c.’ Le repliqué que 20 años atrás no era el año cuarto de Darío, lo mismo que tampoco era el año sexto de Darío el 535 a.e.c., también 20 años atrás’. Y añadí que ese razonamiento no era lógico y que el apóstol recalca que ‘sea sabido de todos lo razonables que somos’. Y él saltó con que aquí la lógica no sirve de nada. Dada su edad, me dí cuenta de que aquel hombre no creía en nada y que estaba en Betel porque no tenía otro sitio a donde ir.

    Aquello, así como otras conversaciones que mantuve anteriormente con el dignatario betelita, acabó de decidir mi abandono de las filas de los testigos de Jehová. A mi estudio bíblico, que gracias a él pude conocer la realidad de las fechas, no tuve más remedio que darle la razón y él dejó de considerar textos con los testigos de Jehová, sabiendo que a nada le conducirían, salvo a oscurecer aún más el entendimiento.

    Existen muchas líneas de evidencia para la fecha del 587 a.e.c. como año de la destrucción de Jerusalén, líneas de evidencia que en primer lugar señalan a que Nabucodonosor ascendió en el año 605 a.e.c., siendo el 587 el año 18/19 de su reinado. Esas líneas de evidencia se basan en las ciencias de la Historia, la Arqueología y la Astronomía. Siendo el caso que fueron los historiadores los que marcaron la fecha del 539 a.C. como año de la caída de Babilonia, no hay razón para no aceptar la fecha del 605 a.C. para el inicio del reinado de Nabucodonosor, ni tampoco hay razón para no aceptar la fecha del 587 a.C. como año de la destrucción de Jerusalén.

    La fecha del 607 a.e.c., pues, es totalmente errónea y, al serlo, también lo es la de 1914, que sale de sumar 2.520 años al 607 a.e.c. Por regla de tres esos 2.520 años habría que sumárselos al 587 a.e.c. y se llegaría a 1934 como año de la toma de poder real de Jesucristo en el cielo. Pero resulta que los 2.520 años son invención de John Aquila Brown en 1823. Russell aceptó los 2.520 años, así como las fechas del 606 y 536 a.e.c. del adventista Barbour. Si Russell se hubiera detenido a averiguar, hubiera descubierto que ni fechas ni tiempos eran correctos. Pero no se detuvo a averiguar y pasó la doctrina a los Estudiantes de la Biblia y éstos a los testigos de Jehová, que continúan aceptando la mentira como si fuera verdad. Y a día de hoy no hay manera de corregir esto y tal mentira continúa propagándose.

    Tan solo me quedaba saber qué decía exactamente Jeremías 29:10 y a qué se referían los 70 años de los que habla el profeta, los cuales se me habían inculcado como referidos a años de destierro de los judíos. Lo primero en que me fijé es que el texto no menciona la palabra destierro y además la expresión ‘se cumplan’ está en modo impersonal. Hasta entonces entendía el texto así: ‘Conforme ustedes cumplan setenta años de destierro en Babilonia, yo me acordaré de ustedes’. Pero el versículo no dice eso. Dice ‘conforme se cumplan…’

    Se me hacía obligado estudiar a fondo el capítulo 29 de Jeremías, que es una carta que el profeta escribió a los desterrados de Jerusalén, como indica el versículo primero. ¿Escribía Jeremías a los desterrados del año en que Nabucodonosor había arrasado Jerusalén? Ya el versículo uno informa de que Jeremías escribía su carta desde Jerusalén. Pero resulta que, según el Cuerpo Gobernante, Jerusalén estaba destruída, ya que, según ese Cuerpo, Nabucodonosor había arremetido contra la ciudad y se había llevado cautivos a gran número de habitantes. ¿Es que Jeremías vivía entre ruinas?

    El versículo 16 aclaraba algo más: señala que ‘esto es lo que ha dicho Jehová al rey que se sienta en el trono de David y a todo el pueblo que mora en esta ciudad, sus hermanos que no han salido con ustedes al destierro’. Esto indica que cuando Jeremías escribía a los desterrados aún había rey en Jerusalén y había también personas que no habían sido desterradas. Por tanto Jeremías no podía estar escribiendo a los desterrados del año 18/19, cuando Nabucodonosor destruyó el templo y la ciudad. ¿A quiénes exactamente escribía Jeremías?

    El versículo 2 lo indica. Habla del tiempo en que Jeconías era rey de Jerusalén. ¿Quién es este Jeconías? Una llamada en la columna central de textos remite a 2 Reyes 24:8 y siguientes. Aquí se detecta que Jeconías era el rey Joaquín. Las consonantes de la raíz son idénticas en ambos nombres (JKN). Pues bien, cuando este Joaquín o Jeconías  llevaba tres meses reinado, se acercó Nabucodonosor a Jerusalén en su año octavo de reinado y se llevó al cautiverio a un gran número de personas, número más de tres veces mayor que las personas que se llevó al destierro cuando destruyó Jerusalén en el año 18/19. Jeremías escribe que, en el año de la destrucción de Jerusalén, Nabucodonosor se llevó al destierro a 832 personas, mientras que once años atrás se había llevado a 3.023 habitantes de la capital judaica.

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