miércoles, 25 de octubre de 2017

Acerca de las transfusiones de sangre

 

    El Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová continúa aferrado a los antiguos manuales de enfermería, que decían que los componentes principales de la sangre eran cuatro: plasma, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Esta clasificación, según los actuales y avanzados conocimientos, no es del todo correcta, aunque continúa activa de cara al público profano en la materia.

    Los actuales manuales de Medicina dan como clasificación general que los componentes de la sangre son dos: el plasma y los eritrocitos o glóbulos rojos. Las plaquetas se consideran como albúminas y están suspendidas en el plasma. En cuanto a los glóbulos blancos o leucocitos se sabe que no son parte de la sangre, sino que están de paso en el torrente sanguíneo. Los glóbulos blancos se encuentran en los órganos y éstos vierten el sobrante en la sangre para que ésta los transporte a otros órganos que lo necesitan. Cuando a alguien se le trasplanta un órgano, recibe infinidad de glóbulos blancos con el trasplante.

    Naturalmente, si en la sangre no hay glóbulos blancos o hay muy pocos, eso significa que algo anda mal en el cuerpo. Por fuerza siempre tiene que haber glóbulos blancos de paso por el torrente sanguíneo; pero tales glóbulos no forman parte de la sangre. La leche materna contiene gran cantidad de glóbulos blancos y cuando la madre da el pecho al bebé le está transfundiendo por vía bucal glóbulos blancos con el alimento maternal.

    El plasma se compone de agua en el 92%, siendo el 8% restante albúminas, entre las que se encuentran las plaquetas, y globulinas. Si las albúminas y las globulinas están consideradas por el Cuerpo Gobernante como fracciones permitidas en una hemotransfusión, no se entiende cómo el 92% del plasma, que es agua, no está permitido.

    Los glóbulos rojos son en su mayoría, aparte de agua, hemoglobina, una fracción que sí está permitida transfundirse a los Testigos. No se entiende cómo el Cuerpo Gobernante llama fracción a la hemoglobina, siendo ésta la parte principal de los glóbulos rojos o eritrocitos. La mayoría de los Testigos desconoce que la transfusión de hemoglobina sí está permitida por el Cuerpo Gobernante.

    Pero los manuales de Medicina dan también como clasificación de los componentes principales de la sangre la siguiente, atendiendo al aspecto químico, que resulta ser el que realmente aprovecha hoy los componentes de la sangre para una transfusión. La clasificación química, que tiene en cuenta el aprovechamiento real de los componentes sanguíneos, es ésta: agua, el 80%; hemoglobina, el 15%; albúminas, el 3%; y globulinas, el 2%. Las plaquetas se cuentan como albúminas y los glóbulos blancos o leucocitos no se tienen en cuenta al no ser parte intrínseca de la sangre y estar mayormente en los órganos y en la leche materna.

    Aún si los componentes de la sangre fueran los clásicos de plasma, glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas, cada uno de ellos no sería sangre, de la misma manera que los componentes del agua, principalmente hidrógeno y oxígeno, no son agua por separado. El plasma, pues, no es sangre, como tampoco lo son los glóbulos rojos, las plaquetas y los glóbulos blancos. Son componentes que, juntos, forman la sangre; pero cada uno de ellos por separado no es sangre.

    En cuanto a la expresión ‘absténganse de sangre’ que a menudo citan los Testigos basados en el libro de Hechos de Apóstoles para hacer ver que la Biblia dice que no hay que aceptar sangre alguna, esa expresión se refiere únicamente a la sangre de los animales que eran sacrificados para comer, no a las transfusiones. En una transfusión no se mata a nadie y la sangre transfundida pasa directamente al torrente sanguíneo. No ocurre así cuando se come sangre, la cual es descompuesta en varios nutrientes durante el proceso digestivo. Jesucristo mismo dio su sangre por la humanidad y dijo que quien no bebiera su sangre no tenía parte con él. Nada tiene que ver la sangre humana que se dona a otra persona con la expresión ‘absténgase de sangre’ referida exclusivamente al sacrificio de animales destinados a la alimentación. Pero los Testigos utilizan el falso silogismo de ‘si hay que abstenerse de la sangre de animales, cuánto más de la humana’, en la creencia de que transfundirse sangre es lo mismo que comerla, cuando la Medicina afirma que no lo es.

    En lo que respecta al texto de Génesis que dice que la humanidad en general no ha de consumir sangre, ese texto, como todo el Génesis y el resto de la Biblia antes del rey Josías, fue incorporado después de la deportación a Babilonia. Como los judíos no consumían sangre, incorporaron el texto a Génesis haciendo ver que era una ley para toda la humanidad, cuando realmente no lo era, pues el extranjero o no israelita sí podía comer animales no desangrados.

    Resulta que las que el Cuerpo Gobernante llama ‘fracciones sanguíneas’ y que sí permite transfundir son precisamente en Medicina los principales componentes químicos de la sangre, los que realmente se aprovechan en las hemotransfusiones, según la necesidad de la persona.

    Antes de 1945, las transfusiones de sangre eran alabadas por los testigos de Jehová, sobre todo en tiempos de Rutherford. Pero en 1945 el vicepresidente de la Sociedad Watch Tower, Frédrick Franz, teólogo único de la Sociedad al no existir el Cuerpo Gobernante que se formó en 1971, declaró que la Biblia prohíbe las transfusiones. Eso fue debido a un mal entendimiento de la lectura del capítulo 15 de Hechos. Franz creía que transfundirse era lo mismo que comer sangre, a pesar de que los doctores demuestran que no es así. Franz creía que la Biblia se refería también a las transfusiones con la expresión ‘absténgase de sangre’, cuando la realidad es que la frase se refiere única y exclusivamente a la sangre de animales destinados al consumo humano. Hasta 1961 no declaró Franz que quienes se sometían a una transfusión habían de ser expulsados de la congregación.

    Con el tiempo, cuando ya muchos Testigos habían muerto por falta de sangre, el Cuerpo Gobernante se dio cuenta del error que Franz había introducido en el conjunto de doctrinas jehovistas y permitió las que llamó ‘fracciones’, pero que la ciencia médica dice que son los componentes principales de la sangre en el aspecto químico, que viene a ser el que permite un mejor aprovechamiento de los elementos sanguíneos que el cuerpo realmente necesita.

    De todas maneras, cuando se transfunde plasma, no se está transfundiendo sangre, pues si el plasma es un componente de la sangre, está claro que no es sangre, sino un compuesto más. Lo mismo ocurre cuando se transfunden glóbulos rojos, que son un componente. Otra cosa sería si se transfundiera sangre completa, algo que raramente se hace hoy. Pero con todo la Biblia no condena las transfusiones. La abstención de sangre se limita exclusivamente a la sangre de animales que se sacrificaban para comer.

    La prohibición de no transfundirse sangre es un equívoco más del mal entendimiento del Cuerpo Gobernante, en este caso de uno de sus miembros prominentes, a quien se le despojó de los poderes de emitir las doctrinas a partir del 1 de Enero de 1976, cuando el Cuerpo Gobernante creado en 1971 tomó las riendas doctrinales de la Sociedad Watch Tower.
 
 
 

 

5 comentarios:

  1. Me pregunto si el gigantesco fallo de 1975 no fue lo que hizo que a partir de 1976 se le quitara poderes a Knorr y a Franz

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    1. Decía confucio El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor...A éstos les da igual se acaba la linde y ellos siguen

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  2. Esta entrada está bien buena. Me gustaría que la compartieras en nuestra comunidad Ex-testigos de Jehová. Porque esta errada la doctrina de la sangre (transfusiones) de la WT/JW

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    1. Apreciadp amigo: puedes tú mismo copiar y subir el artículo. Sin compromiso. Muchas gracias.

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  3. Estaba tan adoctrinada que no lograba entender esta artículo, pero hoy por fin, pude entenderlo. Es un gran alivio saber y entender que he estado cegada por una secta que nos tiene deprimidas e infelices... Agradezco al creador que tuve el valor de leer y buscar la verdad de la gran mentira...

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